Género y el derecho a solicitar asilo
Estados Unidos es un destino deseado para miles de personas que huyen de la persecución y la violencia en sus países de origen. En 2017, los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS), recibieron aproximadamente 140.000 solicitudes de asilo afirmativo. Fernando Arlettaz, un miembro del Laboratorio de Sociología Jurídica de la Universidad de Zaragoza, define el asilo como “la protección que un Estado ofrece a personas […] cuya vida o libertad están en peligro por actos, amenazas y persecuciones de las autoridades de otro Estado…” Hay dos tipos de asilo: afirmativo y defensivo. Cuando una persona presenta su solicitud a través de un oficial de asilo es un caso de asilo afirmativo. Sin embargo, una persona puede también solicitar asilo defensivo durante un proceso de deportación. La Declaración Universal de Derechos Humanos dice que “en caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.” Según la ley de los Estados Unidos, las razones por las que una persona puede solicitar el estatus de asilo son la persecución por raza, nacionalidad, religión, pertenencia a determinado grupo social o por sus opiniones políticas. Aunque estos supuestos son importantes, hay un problema con la ley: esta definición de persecución no incluye la persecución por motivos de género. Es innegable que también hay opresión y violencia basada en género, pero todavía hay un debate sobre si el gobierno de los Estados Unidos debe incluir el género en las leyes de asilo.
Las dinámicas de poder están muy extendidas en las relaciones entre los géneros y el debate sobre la relación entre género y poder se ha acentuado en los últimos años. Como resultado del movimiento #MeToo, la manera en la que nosotros comprendemos y vemos las dinámicas de poder y género en el ámbito laboral y más allá ha sido redefinida. Hoy en día, se presta más atención a las maneras cómo el género determina las dinámicas de poder y cómo los hombres siguen ocupando posiciones hegemónicas en la mayoría de los ámbitos de la sociedad. Desde las relaciones que se sitúan en el ámbito de lo privado, hasta la política, todo da forma a las relaciones de poder. Los esfuerzos del movimiento feminista y de las organizaciones de derechos humanos muestran las maneras en que las experiencias de las mujeres son diferentes de las de los hombres y cómo este hecho tiene un impacto en todos los aspectos de la sociedad, incluida la ley de asilo. A causa de sus esfuerzos, se presta más atención a los derechos de las mujeres y, por consiguiente, ha habido más apoyo a la inclusión de la opresión y la violencia basada en el género en el contexto de los derechos de asilo, específicamente en Estados Unidos.
Con relación al asilo en los Estados Unidos, cualquier persona pueden buscar protección si ha sufrido persecución o teme que la sufrirá debido a su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social o por sus opiniones políticas. En estos casos, la definición de persecución es las amenazas a la vida o a la libertad debidas a las categorías enumeradas anteriormente. Para recibir asilo, una persona debe demostrar que está siendo perseguida. Desde el inicio de la actual legislatura, el gobierno de Trump ha impuesto restricciones significativas en el número de solicitudes de asilo que acepta cada año. Una manera en la que se ha hecho realidad la reducción en el número de solicitudes aceptadas es a través de una sentencia del Tribunal Supremo que afirma que el gobierno puede negarse a considerar las solicitudes de asilo de las personas que no hayan solicitado asilo en un país diferente después de salir sus hogares. De ahí que, para los centroamericanos que quieren reivindicar asilo, no pueden hacerlo en los Estados Unidos si no lo han buscado previamente en México o en Guatemala. El anterior Fiscal General de los Estados Unidos, Jeff Sessions, no sintió que el género fuera un motivo para reivindicar asilo por motivos de violencia y persecución. Y lo que es más, Sessions no sólo duda que la violencia doméstica sea un motivo suficiente para recibir asilo, sino que cree que la categoría de grupo social particular tiene una definición demasiado general. De este modo, Sessions impuso restricciones contra las solicitantes de asilo que se enfrentan a la violencia doméstica en sus países de origen. Adicionalmente, estas restricciones han continuado con el actual Fiscal General, William Barr. En julio de 2019, él determinó que los inmigrantes que temen sufrir persecución a causa de amenazas contra miembros de sus familias no tienen derecho de asilo. Mientras que las personas habían podido reivindicar asilo por esta razón en el pasado, ahora no pueden. Así que, esta es una restricción adicional que no solo tiene una impacto en los números totales de los solicitantes de asilo que los Estados Unidos aceptarán, sino también en la posibilidad de que las personas tienen de solicitar asilo, especialmente las mujeres. Según Lily Axelrod, una abogada de inmigración estadounidense, estas nuevas restricciones del gobierno están castigando a las personas que están afirmando su creencia de que las mujeres se merecen ser libres de la violencia de género y vivir en libertad e igualdad.
La violencia basada en género (GBV), según Mujeres para Mujeres, es la violencia contra una persona basada en su sexo biológico o identidad de género e incluye: el abuso sexual, verbal, físico, emocional y psicológico, así como las amenazas, la coacción y la privación económica o de educación tanto en el ámbito público como en el privado. Algunos ejemplos de la violencia basada en género son la violencia doméstica, la violación como una arma de guerra y la mutilación genital femenina. La mutilación genital femenina es el proceso de extirpar una parte de los genitales femeninos con el propósito de inhibir su sensaciones y deseos sexuales. Es considerada una práctica cultural que tiene lugar en África, el Oriente Medio y Europa, y afecta a 200 millones mujeres. Mientras que las mujeres que son víctimas de la mutilación genital femenina han recibido el asilo de la categoría de pertenencia a determinado grupo social en los Estados Unidos, hay otros tipos de la violencia basada en género y esta categoría no funciona para todas las formas de GBV. El uso de la violación como una arma de la guerra es otro ejemplo de GBV. Durante toda la historia, la violación ha sido usada como una herramienta para castigar, aterrorizar y exterminar a poblaciones completas. Muchos grupos han usado la violación de las mujeres para demostrar poder y desestabilizar a las comunidades. Además, la violencia doméstica es otra manera en la que las mujeres tienen experiencias diferentes con la violencia y persecución que otros. Según la Organización Mundial de la Salud (WHO por sus siglas en inglés), aproximadamente el 30% de las mujeres que han estado en una relación de pareja informan que ellas han experimentado alguna forma de violencia doméstica en su vida. A causa de la estructura de nuestro sistema, en la que la violencia doméstica es vista como un problema privado, es difícil para las mujeres probar que están siendo objeto de persecución bajo la ley de los Estados Unidos. Me parece que una razón por la que algunas personas no quieren incluir el género como una forma de persecución es porque la violencia contra mujeres se considera un problema privado y una parte de la sociedad (una norma social). Cuando se ve la violencia doméstica como un problema privado, es difícil enfrentarse al problema y ayudar a las víctimas. Al igual que nunca pensaríamos que el asesinato es un problema privado cuando este ocurre en el ámbito doméstico, tampoco deberíamos pensar que la violencia doméstica es un asunto privado porque ocurre en los hogares. La línea establecida entre los delitos privados, como la violencia doméstica, y los delitos públicos es arbitraria y se usa para justificar un trato diferente en el castigo de los delitos. Aunque la violencia doméstica ocurre en la casa, es todavía un delito. A causa de la magnitud de la violencia contra las mujeres, la ley de asilo en los Estados Unidos se debe ampliar para incluir la violencia de género como una forma de persecución de forma que las víctimas tengan derecho a solicitar asilo.
Algunas personas creen que si los Estados Unidos expanden sus leyes de asilo para incluir la opresión y violencia de género, una persona podría reivindicar asilo en muchos casos porque el género es una categoría amplia. Sin embargo, porque las mujeres tienen experiencias diferentes con la violencia y la persecución, deben tener la posibilidad de pedir asilo por ser víctimas de violencia de género. Además, la adición de la violencia de género como una forma de la persecución en las leyes de asilo, no implica que más personas recibirán el estatus de asilo porque todos los solicitantes todavía tienen que probar que han soportado o temen la persecución. La inclusión del género ampliará el criterio de forma que las personas, específicamente las mujeres, que sufren violencia de su género puedan solicitar asilo en base a la persecución a la que se enfrentan.
Es imperativo que el género sea incluido como una categoría en la ley de asilo en los Estados Unidos porque el género es un motivo de persecución que afecta a muchas personas en todo el mundo. Nuestra sociedad debe reconocer que las mujeres, a menudo, enfrentan la violencia y la persecución a causa de su género. Por consiguiente, hay miedos y desafíos que sólo las mujeres tienen que enfrentar y de los que los hombres no necesitan preocuparse como, por ejemplo, el miedo a la mutilación genital y la violación como arma de guerra. De ahí que esta sea una cuestión de igualdad y justicia entre las mujeres y los hombres. La exclusión del género de las leyes de asilo ignora las experiencias diferentes y limita nuestra capacidad para luchar por eliminar la desigualdad. La violencia y la opresión basadas en el género pueden existir a pequeña y a larga escala, como nosotros podemos ver con la violencia doméstica y las violaciones. Las mujeres tienen experiencias diferentes a causa de su género en nuestra sociedad, así que, con la inclusión de la violencia basada en género en la armazón de nuestras leyes de asilo, contribuiríamos significativamente a reducir los desafíos a los que las mujeres enfrentan sólo por ser mujeres.