María Corina Machado: ¿Futuro de Venezuela o otra esperanza perdida?

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Venezuela es un país que no ha acabado de sufrir en años recientes. La inseguridad alimentaria afecta a más de 9,3 millones de ciudadanos. 5,4 personas ya han huído de la nación. La democracia está muriendo al lado de tantos venezolanos inocentes debido al innecesario totalitarismo y crueldad del régimen de Nicolás Maduro. 

Durante mediados del siglo veinte, este petroestado era una de las economías más grandes del mundo. Ciudades como Caracas y Maracaibo estaban llenas de carros de lujo, altas torres de oficinas, y mansiones exuberantes. Estos símbolos de capitalismo reflejaban las fortunas de la industria petrolera, pero también la avaricia extrema de magnates y empresarios innobles. 

En 1999, Hugo Chávez asumió el poder gubernamental. Un ex-militante que lideró un golpe de estado fallido algunos años antes, Chávez construyó una plataforma para reformar la desigualdad y corrupción del país. Promoviendo un sistema socialista, Chávez adoptó controles de precio que dejaron escasez e inflación del bolívar. Su concepción de la ideología chavismo acercó Venezuela con países como Rusia e Irán, distanciando el país de vecinos democráticos como los Estados Unidos y Colombia.

Como muchos dictadores, Chávez utilizó su popularidad para reformar todos los aspectos del sistema constitucional en Venezuela. Un verdadero populista, su apoyo creció por encima del 80 por ciento cuando comenzó su presidencia. Un año después de ser elegido, ya había abolido la corte suprema y el congreso. En diciembre de 1999, el pueblo aprobó una nueva constitución que establecería la moderna República Bolivariana de Venezuela. En un año, Chávez transformó el país de una manera irreversible e impactante.

Hoy, los venezolanos viven en una dictadura. Después de la muerte de Chávez en 2013, su vicepresidente, Nicolás Maduro, lo sucedió con una victoria considerada “mal hecha” por la oposición derechista. Ahora, todos los relatos de un pasado democrático y heroico han sido perdidos bajo una administración inundada de crímenes humanitarios y desacuerdos internacionales.

Maduro acabó con cualquier sueño de restauración que dejó Chávez. Después de su inauguración como presidente, los precios del petróleo colapsaron y Venezuela entró en una recesión masiva. Manifestaciones eruptaron en muchas partes de la nación, incitando la opresión policial y fortaleciendo el poder del gobierno. En 2018, Maduro fue reelegido en elecciones arbitrarias, causando a los Estados Unidos a imponer sanciones sobre la industria petrolera y la economía venezolana. Estas sanciones han fomentado la pobreza y la desigualdad del país aún más, y muchos venezolanos hoy están huyendo a lugares como Colombia y Norteamérica en maneras increíblemente peligrosas. 

Para combatir las acciones de Maduro, la oposición venezolana fue unida en 2019 por la Asamblea Nacional y el liderazgo de Juan Guaidó. Reconocido por más de 50 países, incluyendo los Estados Unidos, Guaidó se declaró como “presidente interino” y la única solución al caos del momento. Sin embargo, el apoyo de China y Rusia mantuvo a Maduro a su posición y desilusionó a la oposición y su líder. En 2022, Guaidó fue reemplazado por una nueva voz: María Corina Machado.

Machado ha sido una defensora del derecho al voto y la democracia desde hace muchos años. Como una crítica poderosa de ambos Chávez y Maduro, ella ha mancomunado la oposición en varias ocasiones e impulsó las protestas que inundaron el país en 2014. Apodada “la dama de hierro,” ella es exactamente lo que Venezuela necesite para salir de esta crisis y dejar los tiempos de dictadura en el pasado. Ella, con el apoyo de aliados venezolanos e internacionales, puede ser la única solución para restaurar la democracia, poner fin a la anarquía, y alimentar su nación con una reactivación económica y el restablecimiento de lazos con países vecinos. 

Ahora, el país tiene esperanza. Debido a la presión externa, el gobierno de Maduro ha acordado realizar elecciones presidenciales en 2024. En las primarias del 22 de octubre de 2023, Machado ganó un margen enorme del voto y fue declarada candidata presidencial de la oposición. Sin embargo, Maduro ya está haciendo todo lo que puede para asegurar que nadie tome su poder. El gobierno ya inhabilitó a Machado para ejercer cargos públicos, y ella actualmente no tiene posibilidad de presentarse en una papeleta de 2024. 

A pesar de esto, la oposición y los Estados Unidos siguen luchando contra la dictadura de Maduro. Después de las primarias, la administración del Presidente Joe Biden amenazó con el resurgimiento de sanciones si Maduro no permite a Machado a postularse en estas próximas elecciones. Aunque las relaciones entre los dos países están mejorando, las tensiones persisten y Machado y sus aliados tendrán que seguir luchando para reformar Venezuela democráticamente en 2024. 

Venezuela es un país que no ha acabado de sufrir en años recientes. Sin embargo, la fuerza del pueblo tiene el potencial de reformar y cambiar la nación otra vez. María Corina Machado no está sola en esta lucha. A diferencia de los dictadores, los ciudadanos tienen la masa en su fuerza. Venezuela era un país adinerado y poderoso, pero la riqueza no fue limitada al petróleo sino más bien a la cultura y sociedad increíble de su pueblo. Ni los corruptos pueden destruir una sociedad, ni Maduro puede robar la esperanza del país. María Corina Machado es la esperanza de Venezuela, y la gente venezolana decidirá si este sueño será despertado.