Virginia Review of Politics

View Original

La Importancia de Los Sindicatos en La Era de Precios Crecientes y Salarios Estancados

Photo by Mat McDermott is licensed under CC BY-SA 4.0

En el año 1981, el presidente Ronald Reagan despidió a aproximadamente 12,000 controladores aéreos federales, representados por el sindicato Professional Air Traffic Controllers' Organization (PATCO), que se habían puesto en huelga. De esta forma, Reagan estableció el precedente de que los trabajadores públicos no tenían el derecho a la huelga en los Estados Unidos, animando a las empresas a desafiar a los sindicatos más allá, porque supieron que el gobierno no los protegería. Además, el expresidente nombró a muchas personas que no apoyaban a los sindicatos del National Labor Relations Board (NLRB), y, por lo tanto, hizo más difícil formar un sindicato en el país. 

Estas acciones llegaron en un momento en que la competencia exterior en el mercado laboral ayudó a disminuir los salarios de tanto los trabajadores sindicados como los trabajadores no sindicales, llevando a una disminución de trabajadores sindicales. Junto con una pérdida de puestos de trabajo en sectores tradicionalmente sindicalizados, como el sector de la fabricación, la fuerza laboral estadounidense ha perdido muchos sindicalistas en la fuerza laboral. Este impacto económico ha continuado hasta ahora, y los últimos datos reflejan la misma evolución de los empleados sindicados. La tendencia a un menor número de afiliados sindicales ha continuado hasta hoy en día, con una tasa de 10.8 por ciento el año pasado comparado con una tasa de 20.1 por ciento en el año 1983.

Teniendo en cuenta la lamentable tasa de afiliación sindical actual, no debería sorprender que los salarios de los trabajadores estadounidenses están estancados a pesar de las tasas de productividad creciente que han caracterizado a la economía del país. Sin el poder de negociar colectivamente, los trabajadores en los Estados Unidos han perdido la capacidad de aumentar sus salarios a medida que la productividad aumenta. Aunque la productividad laboral ha aumentado un 80 por ciento desde el año 1979, el salario medio ha aumentado solamente un 10 por ciento, más o menos. En otras palabras, los trabajadores estadounidenses están produciendo más valor para los empresarios, pero no reciben más ingresos para compensarlo. Al mismo tiempo, el costo de la vida ha aumentado un 67 por ciento desde el año 1990, como resultado se está haciendo más difícil pagar las facturas. Además, los Estados Unidos, a diferencia de los otros países desarrollados, requiere menos beneficios laborales a las empresas, como una jornada laboral negociada, los permisos de trabajo pagados y la licencia por maternidad pagada. En resumen, los trabajadores en los Estados Unidos sufren los impactos de una economía cambiante sin el apoyo de los sindicatos que luchan por lograr estos mismos beneficios. 

En el pasado, cuando los sindicatos en los Estados Unidos eran fuertes, los trabajadores podían presionar a sus empleadores con el derecho a la huelga, a aumentar los salarios o mejorar las condiciones laborales. En esencia, los sindicatos crean el poder sobre sus lugares de trabajo solamente entre la acción colectiva, como los piquetes o los boicots, en que cada trabajador se cuida el uno al otro. El objetivo es disminuir la productividad de la empresa y generar conciencia sobre las malas condiciones, y, ya que los trabajadores que se ponen en huelga no pueden ser despedidos, pueden continuar la huelga hasta que la empresa satisfaga las demandas. Los efectos de la afiliación sindical se ven claramente expresados en  la estadística que indica que los trabajadores sindicalizados ganan 13.6 por ciento más que los trabajadores no sindicalizados, según el Economic Policy Institute (EPI). En total, los salarios más altos muestran el impacto más directo del poder de los trabajadores afiliados a un sindicato, en que tienen más capacidad de negociar con su empleador. También, los trabajadores sindicalizados tienen más probabilidades de recibir atención médica asequible y de calidad y una pensión basada en el empleo--28.2 por ciento y un 53.9 por ciento respectivamente. Teniendo en cuenta la falta de atención médica en los Estados Unidos, los sindicatos luchan duro por la cobertura de los empleados para que tengan más seguridad financiera. En efecto, los sindicatos son la fuente de los beneficios laborales y, sin ellos, los trabajadores pueden esperar menos sueldo por más trabajo, menos cobertura de salud y una pensión más pequeña o ninguna en absoluto.

La relación entre los sindicatos efímeros en los Estados Unidos y los peores beneficios laborales todavía no ha terminado. La conexión entre el nivel de afiliación sindical y la porción de los ingresos de la clase media muestra el papel que desempeñan los sindicatos en la economía de los Estados Unidos. Desde el año 1967, la disminución de sindicalistas ha reflejado la disminución de la porción de los ingresos de la clase media. Con la pérdida de poder laboral vienen los salarios estancados y bajos. De esta forma, el poder de los sindicatos es importante para entender la razón de la pérdida de ingresos de la clase media. Lo que necesitan los trabajadores hoy en día es sindicatos fuertes en la fuerza laboral para combatir la tendencia de los salarios decrecientes y estancados, para que no continúen esta espiral descendente. 

Aunque la situación laboral en los Estados Unidos parece mala, hay mucho que pueden hacer los trabajadores para cambiarla. Como dijo el artista musical Bill Bragg, hay poder en los sindicatos (“There is power in a union”). Cuando los trabajadores se unen, ganan más control sobre sus condiciones laborales, sus ingresos, sus beneficios y la calidad de su lugar de trabajo. Con miras al futuro, la única solución que tiene la clase trabajadora es la democratización de los lugares de trabajo. En un mundo en el que los empleadores y los empresarios no cuidan al ciudadano común y corriente, los trabajadores tienen que cuidarse los unos a los otros. Esta grave situación solamente empeorará en el futuro y, considerando la pandemia en desarrollo durante la cual los billonarios han ganado $1.3 billones de dólares y los trabajadores estadounidenses han perdido la misma cantidad, los trabajadores tienen todo para ganar entre los sindicatos. 

El sistema actual de trabajo e ingresos, sobre el que los obreros han perdido su poder, no es sostenible en los Estados Unidos. La clase media no puede seguir viviendo con precios crecientes y salarios estancados. La situación laboral en el país ha empeorado tanto que, en el año 2019, los Estados Unidos anotó una cifra récord de personas pluriempleadas, mostrando el estrés financiero que están experimentando hoy en día. Los trabajadores estadounidenses se están esforzando, y juntos pueden mejorar su situación económica. En el futuro, los trabajadores tienen que sindicarse para proteger sus ingresos y para sobrevivir. Con la acción colectiva, la fuerza laboral de los Estados Unidos tiene la oportunidad de recuperar el control de sus vidas y asegurar su dignidad humana.