Virginia Review of Politics

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El multilingüismo dentro del Congreso de los Diputados: El PSOE promueve la “representación lingüística”

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Al comenzar las décimo quintas Cortes Generales españolas, la Presidenta del Congreso de los Diputados anunció su intento a permitir el uso de los idiomas cooficiales dentro del pleno, y este septiembre, el Congreso adoptó la medida. La Presidenta, Francia Armengol del PSOE, ha apoyado esta medida polémica a pesar de fracasos pasados de medidas similares y a pesar de que su partido apenas ganó suficientes escaños para ser el partido gobernante. La constitución española permite el uso de los cinco idiomas cooficiales dentro de los congresos de las zonas autónomas de España: el castellano, el catalán, el valenciano, el gallego y el euskera. Sin embargo, el uso de los idiomas cooficiales no ha salido en el pleno del Congreso nacional hasta ahora, y sus pocos usos  en el Congreso han encontrado dificultades, especialmente con los partidos de la derecha que componen una mayoría relativa en el congreso actual. Entonces, ¿cómo se explica la aprobación de esta medida polémica si ha fracasado repetidamente en el pasado y si una gran parte del Congreso no ha acordado con ella? Ofrezco que la resolución se halla en el campo de la política electoral. 

Tras la dictadura franquista, los legisladores de la nueva constitución intentaron frenar tensiones entre las identidades subnacionales dentro de España que habían sido reprimidas durante el régimen franquista. La solución consistía en una combinación de multilingüismo y federalismo: el establecimiento de zonas autónomas con legislaturas locales propias, dentro de las cuales se permite el uso del castellano o del idioma cooficial de la zona. Este bilingüismo zonal, según los politólogos Goldie Shabad y Richard Gunther en su analisis “Language, Nationalism, and Political Conflict in Spain”, puede provocar prejuicio y discriminación contra los parlantes de lenguas ajenas del castellano aunque la Constitución española los haya declarado ilícitos. La solución, según los proponentes de la medida, es normalizar el uso de los idiomas cooficiales para usarlos en el Congreso. Esta solución ha sido la base de la cual los proponentes fundan la medida; es decir, el uso de los idiomas cooficiales los normaliza y disminuye su descriminación. Naturalmente, los oponentes de la medida han rechazado la postura de los proponentes, declarando que no hay descriminación lingüística en España, y que el uso de los idiomas cooficiales solo sirve para dividir a los españoles. 

Lo interesante es que los proponentes actuales de la medida no la han apoyado en Congresos pasados. De hecho, la antecesora de la Presidenta Armengol, Meritxell Batet del mismo partido, declinó a llevar una medida similar al pleno, e incluso silenció a otro diputado por hablar catalán durante el pleno. Sin embargo, el discurso de los proponentes del decimoquinto Congreso se ha centrado en la necesidad de la representación lingüística, siguiendo la proposición de  la Presidenta Armengol que el Congreso debe reflejar “La España real, diversa y plural”. La curiosidad queda en explicar por qué al PSOE le importa la representación lingüística en el Congreso actual, mientras que en el Congreso decimocuarto no, especialmente porque en el decimocuarto el PSOE mantuvo una mayoría más grande que la de hoy.

De hecho, en las votaciones de julio de 2023, el PSOE no alcanzó una mayoría en el Congreso de los Diputados y el PP llegó a una mayoría relativa más amplia. El PP y Vox suelen pactar, pero la suma de escaños de los dos partidos no superó la cantidad necesaria para lograr una mayoría. Al mismo tiempo, la coalición típica de la izquierda, el PSOE y Sumar, tampoco superó la mitad de escaños del Congreso. Ambas coaliciones de los partidos establecidos se quedaron sin suficientes escaños para ser la coalición gobernante sin el apoyo de los partidos nacionales, los cuales tienen muchas ganas de enseñar sus identidades culturales en el pleno nacional. En las votaciones para elegir a la presidenta del Congreso, la candidata socialista Armengol tuvo que contar con el apoyo de los partidos nacionalistas, algo que PSOE ha hecho en el pasado, para lograr el apoyo necesario para formar gobierno. Sin embargo, en comparación con las votaciones del Congreso pasado, el PP ganó más escaños y las alianzas nacionales que suelen apoyar al PSOE ganaron menos. Como resultado, el PSOE tuvo que buscar apoyo en otros partidos nacionales. Notablemente, el partido Junts, un partido nacionalista que había propuesto un referéndum ilegal para independizar a Catalunya de España, cedió a pactarse con el PSOE para frenar un gobierno de la derecha. Con el apoyo del partido nacionalista Junts, el PSOE realizó su gobierno.

La representación lingüística como explicación única para permitir esta medida en el decimoquinto Congreso no me satisface. La porción de escaños de partidos de derechas ha aumentado desde el Congreso pasado, quizá señalando que el electorado español no se preocupa por transmitir la representación lingüística al Congreso. Además, el gobierno del Congreso decimocuarto fue liderado por el mismo partido que el del decimoquinto, pero el decimocuarto no permitía el uso de los idiomas cooficiales en el congreso. Desde el punto de vista de política electoral, se puede ver que la diferencia entre el Congreso decimocuarto y el decimoquinto se queda en la composición de la coalición gobernante; la del decimocuarto no tenía que contar con los partidos nacionalistas en la misma manera que el decimoquinto. Para mantener su mayoría escasa, el PSOE necesita invertir políticamente en los partidos que lo apoyan, y el permitir el uso de los idiomas cooficiales es una buena manera de hacerlo. Aunque el PSOE haya sido el partido gobernante durante la mayoría de los congresos según Franco, es así por cortejar el apoyo de partidos nacionalistas. Parece que si el PSOE quiere seguir contando con el apoyo de estos partidos, tendrá que ofrecerles unas convenciones políticas en cuanto a las identidades nacionales. Debido a  que ofrecerles independencia aplastaría el apoyo necesario para que PSOE haga gobierno, medidas de punto medio serían más eficaces para apaciguar los partidos nacionales y respetar sus identidades nacionales. 

Ahora, esto no quiere decir que la representación lingüística no sea buena razón para permitir los idiomas cooficiales dentro del pleno nacional, pero esta explicación queda incapaz de justificar por qué se ve la aprobación de la medida en este congreso y no en el decimocuarto. Aunque el discurso de los diputados se enfoca en la representación lingüística, contextualizar la medida dentro de su política electoral permite un entendimiento más claro. Este análisis también puede sacar a luz los medios por los cuales el PSOE ha conseguido apoyo para ser el partido gobernante, y quizá señalar cómo podría ganar apoyo en elecciones futuras.