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Xóchitl Gálvez: La primera presidenta de México

“Es tiempo de ser protagonistas de la historia.” Esto es lo que dijo Claudia Sheinbaum Pardo, candidata presidencial mexicana, cuando renunció de su posición como alcaldesa de la Ciudad de México en junio. Ahora, después de una larga campaña, ha sido seleccionada como la candidata del partido Movimiento Regeneración Nacional, o Morena. Creada en 2011, Morena ha tomado drásticamente el control de la nación en años recientes, particularmente después de la elección de Andrés Manuel López Obrador, o AMLO, a la presidencia en 2018. Su crecimiento ha sido increíble: hoy, tiene el poder sobre 23 de 32 estados en todo México. Aunque López Obrador está constitucionalmente limitado a sólo un mandato, su popularidad seguramente ayudaría a Sheinbaum en estas próximas elecciones. La Presidenta Sheinbaum continuaría desarrollando la Cuarta Transformación y completaría el trabajo de su mentor – gradualmente rehaciendo México como un estado unipartidario. Todo esto fue inevitable hasta que una nueva líder de la oposición fue seleccionada en agosto: Senadora Xóchitl Gálvez. Con su habilidad de trabajar con varios partidos políticos y una determinación audaz de reformar la nación, Xóchitl Gálvez es exactamente lo que México necesita para revertir los daños infligidos por AMLO y Morena.

Gálvez creció en una comunidad indígena en Tepatepec, Hidalgo. Vivía sin agua corriente y hablaba el idioma de su padre, hñähñu. Vendía tamales en la calle para sobrevivir, y eventualmente encontró la oportunidad de mudarse a la CDMX para estudiar en la Universidad Nacional Autónoma de México. Ahora, como senadora de la República, se ha encontrado en una situación única: uniéndose a toda la oposición contra AMLO, Sheinbaum, y la subida enorme de Morena en todo el país. 

Hay un número de razones para esta oposición. En años recientes, la administración de Morena ha presidido un manejo desastroso de la pandemia de COVID-19, oposición de activistas pro-inmigrantes, una decadencia de la democracia, y tasas récord de violencia – particularmente contra las mujeres.

México fue el tercer país más afectado del mundo por la pandemia, con más de 166.000 fallecidos en febrero de 2021. A pesar de eso, junto con múltiples infecciones personales del virus, el presidente AMLO continuó saliendo en público sin cubreboca y sin interés en el bienestar de sus ciudadanos.

Su imparcialidad también ha sido notable frente a la inmigración. Con la administración del Presidente Donald Trump en los Estados Unidos, México estaba en el centro de una batalla entre políticas anti-inmigrantes al norte y una afluencia masiva de sus vecinos sureños. La administración del Presidente Biden no ha cambiado mucho, y migrantes de todo el mundo siguen atrapados en México como resultado de políticas mezcladas. En marzo de 2023, esta situación dejó cuarenta migrantes muertos después de un incendio en un centro de detención en Ciudad Juárez. Mientras los migrantes siguen atrapados en México, el gobierno tendrá que garantizar su salud y seguridad si quiere alguna credibilidad.

Sin embargo, el gobierno bajo AMLO no puede garantizar ni la seguridad de los mexicanos. Cada año, casi un mil de mexicanas son víctimas de feminicidio, o violencia contra mujeres. Los carteles también han aumentado su control en varias regiones del país. En enero, la captura del hijo de ‘El Chapo', Ovidio Guzmán López en Culiacán, Sinaloa, dejó más de treinta muertos y una devastación de la ciudad. Aunque AMLO promete “abrazos, no balazos” al pueblo mexicano, es cierto que Morena sigue abrazando más a los criminales que a sus ciudadanos disparados y cansados por la violencia. 

Gálvez quiere reconstruir México: para los inmigrantes, las mujeres, las niñas indígenas de Hidalgo y las madres y padres de Sinaloa que ya han perdido su niña a la violencia. Y no está sola: junta con el Partido de Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y más grupos de ideologías variadas, Gálvez está lista para combatir los avances de AMLO y el resto de Morena. Juntos, están formulando un plan para combatir la violencia, mejorar la economía y las vías de inmigracion, y priorizar a las mujeres. Aunque ambos Sheinbaum y Gálvez son progresistas en temas sociales, Gálvez es una alternativa necesaria frente a la catástrofe que ha sido Morena. Más importante, es una alternativa esencial al sistema unipartidista hacia el que se dirige el país. 

Estos últimos años han sido difíciles para la democracia en México. Entre ataques y violencia contra periodistas y un fortalecimiento del poder electoral, el gobierno está al centro de una batalla mundial para los derechos del periodista y de la libertad. La dominación de Morena recuerda a todos del periodo unipartidista mexicano, en que el PRI tuvo el control total del país hasta la elección del Presidente Vicente Fox en el año 2000.

Claudia Sheinbaum sería una continuación de este legado—un legado de violencia, corrupción, ignorancia, y un desinterés en la vida del mexicano típico. Como alcaldesa, su pobre administración fue evidente después del colapso de una línea de metro en 2021. Su cercana colaboración con AMLO indica que aunque él no podrá seguir su mandato, ella asegurará que Morena transforme el país para siempre. Su protagonismo es solo una continuación de una meta ya fallada. 

Esta elección tiene mucho sentido para todos los mexicanos. Quien gane será la primera presidenta en toda la historia mexicana. Liderará un país que rápidamente está cambiando: este seis de septiembre, 2023, la Corte Suprema decriminalizó el aborto en todo el país, incluso mientras está siendo restringido en los Estados Unidos. La próxima presidenta de México tendrá que colaborar con aliados viejos como su vecino norteño, y al mismo tiempo tratar de mantener la paz global. Sobre todo, la primera presidenta de México tendrá que trabajar por el bienestar de todos los mexicanos. Aunque Morena sigue siendo popular en todo el país, la campaña de Gálvez acaba de empezar. 

Todos los mexicanos y extranjeros deben prestar atención al sistema gubernamental actual del país. Una población bien informada es necesaria para la democracia, y todos los que aprecian la autonomía y la libertad necesitan ejercer su derecho al voto para poder pasar este derecho a sus niños. Además, como un líder regional de Latinoamérica y un líder mundial para la democracia, es vital que México siga siendo un buen modelo para otras naciones. Es vital que los mexicanos actúen sobre los problemas que se ven bajo AMLO; es crucial que se eduquen sobre las plataformas respectivas de Sheinbaum y Gálvez; y es esencial que se vayan a las encuestas con un voto para la democracia. Este dos de junio de 2024, los mexicanos votarán por la democracia. Votarán por el futuro. 

El futuro está hablado en las palabras de los indígenas. Se encuentra en las clases—en estudiantes aprendiendo de la historia para fortalecer la democracia de su generación. Está ondulado en las banderas moradas de las activistas femeninas—el rojo, blanco, y verde que representa las comunidades e identidades diversas de un único pueblo mexicano. Mientras prometa que “Hoy hay oposición,” mañana habrá un cambio. Este cambio—este futuro—será Xóchitl Gálvez.