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La Paradoja de la Academia

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¿Qué tan calificada está la academia para ser crítica con películas diversas cuando es una reflexión de privilegio blanco? En 2020, la “Academy of Motion Picture Arts and Sciences” anunció que iba a introducir una nueva rúbrica para el 2025 que determina si una película puede ser considerada para la nominación al Óscar, el premio con el valor más alto en todo Hollywood para la cinematografía. Este ajuste a su rúbrica es una reforma muy importante para la sociedad cuando se tiene en cuenta que la cinematografía transmite un reflejo de nuestra cultura al mismo tiempo que influye en ella. Esta paradoja hace que iniciativas como esta se vuelvan sumamente relevantes. Aunque su gran iniciativa nos habla de un cambio hacía el progreso, es importante hablar de lo que sucede detrás de las luces y las estatuas en chapa de oro. Con el 84 por ciento de votantes en el comité siendo blancos, ¿qué tanto valor tiene un premio patrocinado por un comité que no tiene los mismos valores?

Hollywood ha sido históricamente una institución burguesa y blanca. A través de los años, los factores han cambiado drásticamente y ya podemos gozar de películas que representan una gama más interseccional. Si vemos las estadísticas de los primeros premios Oscars, había un 0 por ciento de actores afroamericanos nominados, cuando hoy en día vemos un incremento de 6.3 por ciento de esa estadística. Aunque es un incremento, no está ni cerca de ser un ambiente inclusivo.

Los Óscar cada año generan millones de dólares en ingresos, los cuales forman parte de la principal fuente de ingresos de la academia. Nunca antes la academia había tomado pasos tan grandes hacia el reconocimiento de los grupos marginalizados. Puede ser que esta reforma fuera en parte respuesta al movimiento “#OscarsSoWhite” que criticaba a la institución por la falta de diversidad de los premios en 2015 cuando pasaron dos años consecutivos en los que los 20 premios para los actores fueron dados a actores y actrices blancos, lo cual es un factor causante que no podemos ignorar al momento de analizar esta institución. También debemos reconocer que en los últimos años los premios y las nominaciones han sido exponencialmente más diversos que en años anteriores, con “Parásito,” una película coreana que ganó mejor película, y Chloé Zhao, una directora china que ganó el premio de mejor director – para poner unos ejemplos. Es definitivo que la academia ha tomado nota del llamado para un espectáculo más diverso e inclusivo y queda claro que públicamente ha ejemplificado la inclusión y diversidad más que en años anteriores.

Ahora, al pensar en los críticos mismos. En el sitio de web de la academia podemos encontrar una infografía cuidadosamente organizada con estadísticas que nos hablan de los integrantes más recientes para este club y la demografía de este grupo: “Cuarenta y cinco por ciento de los nuevos miembros son mujeres y desde el 2015 se ha multiplicado por dos el nivel de mujeres siendo miembros activos. Se han triplicado los miembros provenientes de comunidades minorías, treinta y seis por ciento de los nuevos miembros siendo parte de estas mismas.” Suena como un paso conmemorable, en realidad, estas estadísticas representan que de 8.469 miembros que votan para estos premios, solamente 3.179 son mujeres, 1.787 son de comunidades minorías y 84 por ciento de los votantes son blancos.

Claramente las películas con más inclusión son ejemplificadas en un gran espectáculo en donde se puede ver mundialmente que los Óscars si están al día con la nueva generación más inclusiva y abierta, pero es probable que todo esto sea con la motivación del dinero generado con el espectáculo. Sería bueno preguntarse si realmente lo harían si no fuera por el dinero. Pero los que mueven los hilos detrás del escenario son decepcionantemente una reflexión del privilegio blanco. Esto también pone en cuestión exactamente cuáles fueron los motivos de sus nuevos requerimientos en 2020. Se puede sugerir que lo que los motivó fue mantener una apariencia de ser una institución al día en vez de llevar a cabo el cambio sistemático que se promociona. También se puede argumentar que, para ser crítico con estas obras, uno debe ponerse al mismo estándar. Ahora, no es coincidencia que la academia sea mayormente blanca; para ser parte de este prestigioso club de artistas, tiene que ser nominado a un Óscar o nominado por dos personas representando tu departamento. Viendo el historial de las nominaciones al Óscar, de entrada, ya se puede entender la demografía blanca, y sabiendo que tienes que ser invitado a un club en donde son mayormente blancos, se puede implicar un favoritismo inconsciente que promueve esta falta de inclusión. 

Cuando nos fijamos, la tendencia a representar a un público blanco y estadounidense está reforzada al ver que todas las películas provenientes de otro país son encajonadas en una sola categoría. En la categoría de “Películas en un Lenguaje Extrajero” concursan películas que normalmente no tienen nada de parecido y por lo tanto son incomparables. Su único parecido es que no son estadounidenses y aún así concursan por el mismo premio. Normalmente, estas películas en un lenguaje extranjero son provenientes de otros países y son relativamente más diversas. Dicha categoría es muy singular y al generalizar una parte de la industria cinematográfica tan extensiva, limita la calidad del premio y el concurso. Un análisis simple nos lleva a la conclusión de que las películas más valoradas son las que representan al comité blanco.

Al pensar en los Óscar, debemos tener en cuenta lo que representan y lo que hay detrás de las cámaras. Es posible que estas nuevas reformas de las nominaciones vaya a generar un comité más diverso con el tiempo, ya que estos dos están entrelazados uno con el otro, pero a final de cuentas el tiempo lo dirá. Hoy por hoy no es el caso y la sociedad no debe quedarse esperando un cambio, sino hacer el cambio y forzar instituciones a fluir con él o morir. Aunque es probable que al ver las obras recomendadas por esta institución te lleves muy buenas recomendaciones, se debe aventurar fuera de esta categoría de películas. Una institución que no practica lo que promueve no debe tener el estándar más alto en cine y se debe tratar como tal.